La fabricación masiva de neumáticos y la dificultad que representa hacerlos desaparecer constituyen uno de los principales problemas medioambientales. Si no se reciclan adecuadamente pueden provocar gran contaminación ambiental, ya que lo más extendido para deshacerse de este tipo de material es la quema directa, cosa que provoca muchos gases tóxicos y nocivos para el medioambiente.

A continuación te exponemos algunos métodos de recuperación de neumáticos:

Métodos mediante aplicación de calor

  • Termólisis: Se trata de un proceso a alta temperatura que permite que los elementos que componen el neumático queden desencadenados. Así se obtienen metales, hidrocarburos sólidos y gaseosos que se pueden reutilizar para otros fines.
  • Pirolisis: Se trata de la descomposición química del producto a través de altas temperaturas sin oxígeno. Así no se producen dioxinas ni furanos demasiado contaminantes. En el caso de los neumáticos, el caucho se degrada y se forma GAZ, un gas similar al propano que se puede emplear para el uso industrial.
  • Incineración: Es la combustión completa de la materia orgánica hasta convertirla en cenizas. El calor que se genera en este proceso puede ser usado como energía, aunque incontrolada, la incineración puede causar grandes estragos medioambientales.

Métodos físicos

  • Trituración criogénica: Se trata de un proceso costoso y complejo cuyo resultado es una gama de productos de baja calidad. La dificultad que supone purificar y separar el caucho en este proceso provoca que este sistema sea poco recomendable.
  • Trituración mecánica: Como dice su nombre, se trata de un proceso enteramente mecánico, sin agentes externos químicos ni adición de calor. El neumático pasa por una serie de triturados hasta que consigue reducir su tamaño a uno muy pequeño.
  • Conversión de neumáticos en energía eléctrica: Una vez separados, los residuos de neumáticos se pueden convertir en energía eléctrica. Los residuos se introducen en una caldera donde se realiza la combustión y el calor que se libera de la misma se convierte en vapor y presión. Estos elementos llegan a una turbina móvil y el generador acoplado a ella produce electricidad.

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